Prólogo en español


Estimado conveniente, procrastinador y pretencioso Lector: Bienvenido a mi blog.

Sin atribuirle ningún mérito a la casuística, soy de esas personas que creen que si no siempre, casi siempre existe una razón imperante, una motivación interna o externa que es el motor de nuestra vida en un momento determinado y nos obliga a hacer todo aquello que hacemos, de la forma en la que lo hacemos. Aceptando la existencia de esos motivos sería ridículo no explicarte, en esta sección introductoria, cuáles fueron los míos para reunir tiempo y esfuerzo, y para crear y proveer a esta página de publicaciones con contenido de diversa temática y consideración.

Reconozco abiertamente y sin vergüenza que el motivo que me ha llevado a la creación de este blog es básicamente una cuestión de autoría, quería dejar de ser un poco lector para pasar a ser un poco autor, aún a sabiendas de la aversión que genera esa situación entre los teóricos de la Literatura. Sin embargo, como mi intención no es crear Literatura propiamente dicha no hay problema, estando los contenidos publicados en una blogosfera estamos tratando simplemente de «Literatura gris». Para alcanzar ese objetivo de autoría prefiero no tener una línea concreta a la cual consagrar mi dedicación, por lo tanto este blog es un divagar entre todo en general y nada en particular; los intereses personales no son monotemáticos, los míos en consecuencia tampoco, soy como todo hijo de vecino. Aun así prefiero y suelo escribir sobre mis áreas de conocimiento que son la Filología, la Lingüística, la Traducología y la Traducción. Ahora que puedo considerarme un poco Autor, puedo garantizar que se trata de una posición complicada, talvez a veces desagradable ya que es preciso soportar la crítica del Lector que acostumbra a ser intransigente, pero como continúo siendo un Lector infalible con los autores e no carezco de empatía, apruebo que tú -Lector- critiques mis escritos a tu antojo, me parece estupendo. Además de este motivo fundamental, a la hora de producir esta publicación digital, aprovecho también para escribir aquí lo que quiero como quiero, evitando de esa manera la censura y el control de aquellos Lectores intolerantes que usan y abusan de su circunstancial posición en la «Instituición» del esquema de la comunicación, para imponer temática, estilo y doctrina, controlando así mi libertario intelecto y sus espontáneas manifestaciones.

Al mismo tiempo que me vuelvo un poco Autor pretendo también usar esta dinámica y eficaz herramienta -el blog- para desahogarme desde la palabra, que es verdaderamente el modo óptimo para hacerlo. Además, el hecho de haber escogido Internet para ello no es ninguna ocurrencia, la red de redes el vehículo más accesible hoy en día para los pueblos civilizados, el más económico, el que mejor alcance tiene y el que más y mejor influye en un público heterogéneo y multicultural como son ciertamente los usuarios de Internet ¿sí o no? Me gusta ver cómo las tecnologías, en coligación con Internet, han cambiado por completo nuestro estilo de vida haciéndolo mucho más fácil y práctico. Las personas como yo, a los que nos gusta escribir pero somos conscientes de la dificultad que supone publicar por las vías ordinarias -y por eso, nos vemos abocados a publicar «Literatura gris»- el cambio ha sido brutal, los soportes informáticos como los cuadernos de bitácora nos han dado una oportunidad incondicional y nos han abierto un sinfín de posibilidades; se publican entradas y se puede observar atónitamente la vuelta que dan al mundo dichos escritos en cuestión de segundos, gracias a la existencia de herramientas de análisis de la audiencia que analizan en tiempo real y de forma fiable la repercusión de los mismos. No puedo olvidarme de las herramientas digitales de autopublicación, también permiten publicar a través de los medios ordinarios libros físicos y digitales sin pasar por la chulería de las escrupulosas casas editoriales. Ahora, quien quiere publicar, tiene un texto aceptable y el conocimiento para editarlo, puede hacerlo sin problema, sin la aprobación de nadie. Todo esto le puede parecer a una persona anterior a la generación de la eclosión tecnológica digital increíble, suele ser una reacción habitual.

En relación con la calidad de los escritos, debo decir que sé que las palabras, al igual que los cheques, deben tener fondos. Créeme cuando te digo que hago un esfuerzo para que los míos los tengan y que el hecho de considerarme un poco Autor no haya supuesto a penas la simple combinación de una consecución de palabras inadecuadas, incoherentes. Frecuentemente utilizaré tecnicismos, los que tengan que ver con la Lingüística y/o cualquier otra área de conocimiento, como sabrás no tienen diferenciación ortotipográfica del resto de palabras, a pesar de lo cual, los que tengan que ver con la Literatura estarán entre comillas latinas dobles, ya que son en sí mismos metáforas que circunstancialmente son utilizadas para funcionar en lenguaje científico de la materia cuando no deberían hacerlo, de ese modo evitamos el uso de préstamos y extranjerismos lexicales en las lenguas románicas y nos aproximamos más fielmente al sentido real, ya que sabemos que la equivalencia literal etimológica es inoperante en traducción, se busca siempre la equivalencia semántica. Me pregunto ¿qué harían los vetustos literatos si se enterasen del efecto de sus obras en el mundo tal y como lo conocemos hoy? Los libros arden mal, pero ¿puedo yo hacer que mi «Literatura gris» sea inmune al tiempo en este blog, aun sin entrar en el canon, y de esa manera lograr como los grandes Autores eludir la evanescencia del discurso humano a través de las lenguas naturales en su versión escrita? Sería un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad (a nivel personal, claro). Estoy dispuesto. Quiero pensar que este blog va a ser útil para alguien y de esa forma estoy contribuyendo con algún asunto por ahí, para algún menester. Quiero inspirarme e inspirar por igual.

Puestos a decir la verdad, me importa poco el hecho de que te leas o no mi web, lo que me importa es que entres y tu visita quede registrada. El formato de publicaciones en blogs, aun siendo «Literatura gris» no deja de ser un «producto», y te puedes imaginar que a mí como «productor», me interesa que tú, «consumidor», lo consumas. Disculpa mi franqueza, todo quede dicho. Lo idóneo es que tras la lectura de este prólogo pasases directamente a la lectura de los opúsculos sin consultar la sección de autoría (cf.) para que tu «horizonte de expectativas» no se vea empobrecido con la historia de mi vida para con mis misivas, haz el favor de sentirte liberado de esa pesada carga, de modo que yo, Autor, en lo que a la Literatura poco convencional o «gris» se refiera -como es el caso del presente blog- ya estoy muerto, y será contigo Lector, con quien se haga realidad mi escrito mediante la interpretación de mis palabras en tu conciencia. Como no podía ser de otra manera, asumo mi gran responsabilidad e influyo en tu mentalidad. Sé que adoctrinarte con mis ideas es difícil y reprobable, ya que estas son libres y como odio que escojan por mí no voy a hacer lo mismo contigo, durante la consulta de esta página adquiere entonces el papel de librepensador ¿puede ser?

A pesar de mi ambición de autoría no me gusta el monólogo, prefiero el diálogo porque es precisamente mucho más enriquecedor, me remito a la tradición filosófica clásica, a la mayéutica. Por ello veo con buenos ojos que el blog sea una plataforma interactiva en la cual los Lectores puedan de hecho establecer contacto no solamente con el Autor (conmigo), sino que también puedan hacerlo entre ellos e incluso conmigo en última instancia en esa conversación cibernética. Para ese fin, habilito dos vías; una de carácter público que es el formulario de comentarios que encontrarás debajo de cada opúsculo, y otra de carácter privado, que es el formulario de contacto de la web que se encuentra al final de la página. Si fuera preciso, con la mayor brevedad de tiempo posible tendrás contestación. Oye, no se puede comentar o escribir cualquier cosa de cualquier manera eh, tienes que hacerlo respetando el aviso legal (cf.) del blog y someterte a mi censura ¡por supuesto!

A efectos informativos me gustaría añadir que las lenguas vehiculares de esta página web, en sus diferentes secciones, opúsculos y publicaciones son el inglés, el francés, el portugués y el español. Utilizo esas lenguas para comunicarme y es mi intención reflejar ese poliglotismo en esta poco convencional publicación virtual. Con la divulgación de los textos voy a aprovechar para intentar colaborar en la imposición de la correcta ortotipografía del español y el portugués especialmente -sea cual sea la variedad- que es la que yo uso, creo que es un asunto trascendental que no viene siendo respetado por la gran mayoría de los usuarios del español ni del portugués al escribir, además de la correcta ortografía que con ciertos autores textuales desconocedores de las normas de las academias de las lenguas, se ha convertido en un burdel donde cada uno entra y hace lo que quiere. Odio a la gente que utiliza comillas inglesas siendo usuarios de lenguas románicas y no germánicas (“”)* o que ponen el punto final dentro de las comillas (.»)*, o barbaridades semejantes. En cuanto al español, utilizo el español estándar europeo o castellano. En el caso del portugués utilizo una mezcla entre el portugués americano y el europeo, quizá te estés preguntando el porqué de haber indicado ambas variedades de la lengua lusa, es debido a que a estas alturas de mi estudio de los dos geolectos me gusta mixturar las formas brasileñas con las portuguesas, resultado mucho más interesante y gracioso. Aun así no te pienses que no sé discriminar las formas tugas de las zucas ¿vale? En el caso del inglés también mezclo el inglés estadounidense y el británico, y en el caso del francés uso solamente la variedad europea. Para la comodidad y conveniencia de los lectores se puede discriminar; tópicos, a través de los marcadores temáticos localizados al final de cada opúsculo en el blog; y lenguas, a través de marcadores idiomáticos localizados en el menú de arriba del todo y en los marcadores presentes al final de cada publicación.

Al igual que tantos otros filólogos y traductólogos, además de indagar y escribir sobre esas ciencias, ofrezco servicios lingüísticos, de traducción e interpretación, y de edición; a particulares, empresas e instituciones. Mis lenguas de trabajo son el español o castellano, el portugués (europeo y americano), el inglés y a veces también el francés. Para más información acceda a la sección de servicios (cf.) y póngase en contacto.

Presuntuoso Lector, aviso para navegantes: Antes de continuar con su lectura debería ser conocedor de unas cosillas nada triviales. Te pongo en conocimiento de una máxima que dice algo así como «mi blog, mis reglas». Esas reglas están perfectamente definidas y recopiladas en la sección de nombre aviso legal (cf.), sería conveniente que le echases un vistazo ya que de esa forma estarás al tanto de las limitaciones y consecuencias que hay en el uso de este blog y todos sus contenidos, productos y servicios. Esperar que el contenido que encuentre aquí y que su forma sea de su agrado no es una de mis intenciones, no me preocupa el hecho de que con mis escritos no consiga la aprobación de una mayoría ni que no entre en el canon de Harold Bloom -al contrario, me alivia-. Es por ello por lo que propósitos de «desautomatizar» tu percepción para producirte placer estético no tengo em absoluto, mis dedos teclean con imperiosa desidia y excéntrico libertinaje, no hay nada que puedas hacer al respecto.

El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa (Cervantes, 1580)

Sin más dilatación de este prefacio espero que hagas una lectura provechosa, recibe un saludo cibernético cordial.